Ya habían pasado 14 días sin ningún barco en el agua a la vista, el primero fue el de la Armada.
Es muy lindo encontrarse con otros navegantes después de tantos días.
Salí el lunes a las 10:00 de la mañana y a las 11:30 nos cruzamos.
No vayan a pensar que estuve los 15 días en el agua.
Por suerte se dieron la condiciones para volver a salir!
Cada día de navegación es distinto, ninguno se repite.
El viento, las olas, el sol, la temperatura, el ánimo y un montón de etcéteras más que hacen que la pases muy bien, bien o no tanto.
Hoy estuvo soleado, con buen viento, muy linda temperatura, no había olas, o sea perfecto.
Lo que marca una diferencia, son las tripulaciones.
Hoy hizo una gran diferencia.
Salimos en el Arlequín, con el capitán Rafael, y Omar, José, Martín y yo como tripulantes.
Navegamos muy bien, pero lo que disfrutamos no tiene nombre. Por causa o culpa vaya uno a saber de que o quién, a mi me quedó la sensación de que es uno de esos días que quedan en la buena memoria.
Dicen que eran tres, acá va la prueba de que somos cinco!
Al llegar a la boya, nos estaba esperando Sebastián con la amarra y aprovechamos para cantarle su merecido Feliz Cumpleaños.
Espero la llegada de más imágenes para subirlas.
Linda navegación tuvimos hoy en el Arlequín.
Rafael, José, Eugenio y yo.
Fue un ida y vuelta, tranquilo y espectacular!
Hacía tiempo que, a pesar de salir hasta un par de veces por semana, no publicaba nada.
Hoy salí con un buen viento del ESE, y que decir... sigue siendo espectacular estar en el agua. Con sus sonidos y aromas y de a ratos acompañado por un lobito.
Después de casi un mes y medio, ¡estoy de vuelta en el agua!
No es la primera vez que llevo más de un mes sin navegar.
Por diferentes motivos hay semanas que uno no sale y esta muy bueno volver.
Esta vez, no sé si fue por la ansiedad de volver o que tenía tanto para revisar después de haberlo desarmado, reparado y vuelto a armar, que tardé un buen rato en agarrarle la mano, como si hubiese perdido las referencias.
Salí alrededor de las 11:00, había alrededor de 10~11 nudos y bastante oleaje del E.
Fui hasta la Isla de las Gaviotas solo con la mayor. Después de cada racha, revisaba la vela, el aparejo y cualquier otra cosa que pudiera haber quedado mal. Por suerte quedó todo perfecto.
Después de montar la Isla, el viento parecía haber bajado un poco y cuando volvía al NYC, con rumbo de aleta, abrí la proa y ahí ya estaba completamente cómodo. Navegando a más de 7 nudos, la vuelta fue un placer total.
Afortunadamente, el incidente de agosto ha quedado atrás, no sin dejar sus importantes lecciones.
El día estaba un poco nublado, frío, con poco viento y sin olas. La previsión era que al mediodía el viento subiría a 11 nudos con rachas de 19 del Oeste.
Salimos poco después de las 10:00 con rumbo Sur Oeste para volver con rumbo cómodo cuando levantara el viento.
Había unas nubes en el Oeste que tenían una forma alargada a las que había estado prestando atención, pero mientras navegábamos se desarmaron.
Nuestra velocidad no superaba los 4 nudos.
Al pasar Cardinal Sur, el viento comenzó a levantarse un poco y, anticipándonos a las rachas pronosticadas, hicimos las manos de rizo y continuamos navegando alrededor de una milla más.
Cuando dimos la vuelta el viento había levantado un poco más, calculo que era de unos 10 nudos del oeste.
Ahí estábamos navegando a 5 nudos y medio.
Alrededor de las 11:00, el viento comenzó a levantar más y parecía que el pronóstico se acercaba, así que puse la proa contra el viento, fui al mástil, enrollé la vela de proa e intenté agarrar el chaleco. La idea también era poner en marcha el motor, por si acaso.
Al principio de mis tiempos de navegar recuerdo que, además de contar las veces que lo hacía, recordaba los mejores días.
Después de unos años de salir varias veces al mes, es imposible de tenerlos presentes.
Lo que sí se puede sentir que día está entre los mejores.
Hoy un poco antes del mediodía, salí a navegar con una expectativa de un día normal. No parecía haber mucho viento del ESE y el río estaba planchado.
Puse rumbo a la cardinal Sur y apenas pasé la boya de Punta Canario empecé a navegar a un poco más de 6 nudos.
Cerca del mediodía salí a navegar. La temperatura estaba por debajo de los 10°, el viento del ONO a unos 10~12 nudos.
En el espejo del club no se sentía mucho el viento por los edificios, pero ya había visto que al oeste de Punta Brava había algunos corderitos.
Puse rumbo Sur y a medida que me alejaba de la costa se sentía el viento y la ola.
Pasando Punta Brava, había una seguidilla de olas de más de un metro (cuatro para el grupo) que me hicieron derivar un poco porque golpeaba al bajar la segunda ola.
Volviendo al club, la racha estaba por encima de los 14 nudos, enrollé la proa y entré a Pocitos solo a mayor, las olas me sacaban mucho el barco en las barrenadas y me iba a la orza.
Ya saliendo de Pocitos, abrí la proa e hice unos cuantos bordos a toda vela, navegando a 7 y 8 nudos.
Adentro del espejo, recién pude sacar el teléfono para registrar alguna toma sin el riesgo que el teléfono se me volara de la mano.
Cientos de gaviotas (millones para el grupo) estaban resguardadas en el espejo.
Como yo quedé libre temprano, salí a navegar pasadas las 11:00.
El día estaba nublado y fresco, el viento no pasaba de los 10 nudos y había bastante mar.
Salí con toda la vela y estuvo muy bueno, además, estaba estrenando el equipo de agua nuevo.
Al rato, tuve que parar para sacarme ropa, se nota la diferencia del equipo nuevo Lalizas con el viejo Musto (Argentino y trucho)
Cerca de las dos volví al club a esperar a Gerardo. El viento ya estaba más fuerte.
Estaba casi para hacer una mano de rizo, entonces usamos la opción de salir solo con la mayor. Gerardo nunca había navegado sin vela de proa y estaba lindo para agarrarle la mano.
No teníamos mucho tiempo, ya que en el varadero se iban a las 17:00. Fue una navegación corta pero muy linda.
